Mi alguien especial

Mi alguien especial
Chelia es una inocente chica que encontrará el amor donde la mayoría de las chicas verían casi imposible que acabara bien, y que incluso yo hace unos meses también lo pensaba. A diferencia de las demás historias es totalmente inventada y la escribí hace tiempo así que si sentís que mi forma de escribir a cambiado no os asustéis.
Pensaréis que es mi historia porque se parece un montón a lo que me ha pasado en estos últimos meses, pero os prometo que hace unos años no sabía que esto pasaría y que lo que escribí como un relato de amor impensable para mi en la realidad se iba a convertir en mi vida.
Disfrutarlo, comentar y ayudarme a mejorar, gracias por leer mis pensamientos.


Prólogo
Un amanecer, me desperté y sentí las olas al romper. Eso me hizo sentir alegre, dado que eso significaba que estaba de vacaciones y que había quedado con Alex en cuatro horas y todavía no me había vestido. Y acababa de terminarme el chocolate, cuando me miré al espejo vi que tenía los ojos verdes no marrones como los tenía habitualmente.
Abrí el armario y me empecé a probar ropa. Era mi primera cita, así que tenía que ser perfecta.
Mis padres no estaban y les había dicho que me iba con unas amigas, no había que preocuparse.
Estaba nerviosa de dónde me llevaría Alex, pero estaba segura de que lo pasaríamos bien. Alex me conocía bien, era mi mejor amigo, y ahora mi novio.
Flashback
El día que me lo dijo me descoloqué un poco, luego lo asimilé más o menos.
Fue un día antes de irnos de vacaciones, estábamos los dos solos, sin decir nada, y de repente me dice eso, me da un beso en la mejilla, me dice buenas noches y se va.
Esto me dejó descolocada, y tuve unas "malas noches" pensando en ello. No lo soporté más y le llamé, no me acuerdo de la hora que era, pero se le oía como a mí: sin sueño y sin ganas de tenerlo. Le dije que quería hablar y me dijo "En diez minutos en la plaza".
Llegamos, hablamos y solucionado. Me volví a la cama y ya tuve unas buenas noches por fin.
Capítulo 1.
Bueno, ahí estaba yo delante del espejo, sin saber que ponerme, dado que el que siempre me ayuda en esto es Alex así que... Llaman al timbre, abro, es él. Que gracia, ha venido a elegirme la ropa para nuestra cita.
Me eligió un vestido rojo con unas cuñas que conjuntaban perfectamente. De complementos escogió unas pulseras de cuentas multicolores y unos pendientes plateados con diamantitos. Para el pelo se decidió por una diadema roja con un lacito.
Le di las gracias y le dije que quería elegir su la ropa, aceptó.
Me llevó a su hotel, abrió su armario y se sentó en la cama a esperar, yo fui mirando la ropa de muy buen gusto que tenía.
Ante la mirada atenta de Alex, elegí unos pantalones de pitillo azules y una camiseta de color naranja con una calavera, que le regale para su cumpleaños el año pasado. De complementos me decidí por un reloj verde y un pendiente de aro negro. De calzado unas deportivas negras con unos toques de naranja y verde.
Me miró con gesto de aprobación, y luego me dio un beso en la mejilla.
Lo cogió y lo puso en la percha del baño. Me miró y nos tumbamos en la cama y nos pusimos a hablar tranquilamente.
Llegó la hora de la cita, Alex se fue al baño a vestirse. El conjunto era perfecto y conjuntaba extraordinariamente bien. Complementaba a la perfección con su físico, pelirrojo, ojos azules, pecas, piernas largas, piel blanca y pies y manos más bien grandes.
Fuimos a mi hotel y me puse mi vestido, las cuñas y un poco de gloss.
Salí del baño y estaba sentado en mi cama, me abrochó el vestido y me entregó un collar precioso, una mariposa cogiendo con las patitas una perlita transparente, me encantó.
Salimos y empiezamos a andar, hacíamos buena pareja, el pelirrojo yo morena, ambos blancos como la leche y altos, bastante altos, pero Akex unos centímetros más que yo. Los gustos parecidos en música y ropa, y hobbies similares.
Íbamos de la mano por el paseo marítimo. Y llegamos a una pastelería-heladería, entramos y pedimos, Alex una Magdalena rellena de nata y un helado de oreo y yo una palmera de chocolate blanco y un helado de coco.
Nos fuimos tomando el helados y metimos los pasteles en una bonita bolsa que nos dio el dependiente.
El de oreo estaba buenísimo y el de coco espectacular. Los pasteles no iban a ser menos, compartimos y luego nos sentamos en un banco a mirar el mar.
Después nos metimos en un fotomatón y nos hicimos muchas fotos, y ahí fue donde nos dimos nuestro primer beso, mientras Alex apretaba el botón de la cámara.
Las fotos solieron genial, hicimos una copia para cada uno. Fuimos otra vez a su hotel y estuvimos hablando y nos volvimos a besar, me acompañó a mi hotel, no quería que se fuera y se lo dije, se quedó hasta las nueve y media porque a las diez venían mis padres.
Me duché, volvieron mis padres y cenamos.
Después de un último "te quiero" en Whatsapp , me dormí, pensando en él, me dormí.
Capítulo 2.
Al día siguiente sabía que iba a ser un mal día.
Me desperté gritando por una pesadilla, al levantarme me caí de la cama, desayuné un cola-cao y unas tostadas quemadas.
Al intentar vestirme, y digo intentar porque me lo pusieron difícil, al abrir el armario se me cayó toda la ropa encima, no encontré una pareja de calcetines iguales y de ropa interior me tuve que poner un bikini.
Era el karma por la tarde tan mágica que había pasado ayer hoy tendría que pagar...

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